El lunes 25 de enero de 1999, a la 1:19 minutos de la tarde, un sismo de 6.2 grados en la escala de Richter destruyó parcialmente a la capital del Quindío. El epicentro fue en Córdoba, municipio del departamento cafetero. El terremoto, que duró 20 segundos, afectó también a Risaralda y Caldas. En total fueron 26 municipios de 5 departamentos los que sufrieron importantes consecuencias. “El país se movilizó para ayudar a los afectados por otra tragedia natural más del siglo XX. La devastación y el desespero tornaron la ciudad en una escena de posguerra”, así describe el periódico La Patria lo acontecido en el Quindío, en una publicación en conmemoración de 15 años del evento natural.
Un estudio realizado por la Cepal, tres meses después del terremoto, señala que “para muchos el terremoto ha significado la ruptura total o parcial de su cotidianeidad y, más que eso, la pérdida de sus fuentes de ingreso. Se las estima en unas 240.000 personas por encima de aquellas que perdieron su casa, de modo que la cifra total de afectados secundarios ascendió a 400.000 (el 26% de la población total de la región)”.